martes, 6 de octubre de 2009

Tomo vino. Tú te quedas como siempre, mirándome, con los ojos en los que me pierdo olvidando el falso recato del que soy propietaria cuando nos saludamos mucho antes del vino, mucho antes.

Me respiras en el oído. Me miras y me besas profundo, como si ya me hubieras penetrado. Pero aún la ropa está en nosotros, aún no he decidido si esta noche también estaremos durmiendo en la mañana con mis calzones quizás dónde, con mis pinches entre las sábanas, entre el piso. Entre tus dedos tal vez que lo recorren todo. Pero como lo menos que me interesa a esta hora es que se me pierdan unos pinchecitos, da lo mismo.

Sigue recorriendo por donde te indiqué la otra vez...te acuerdas? Lograrás absolutamente todo de mi, si sigues.

Te miro desde arriba, con los ojos cerrados.Abro las piernas para entregarte mi ofrenda de hoy. Ya sé que no hemos hablado tanto como quisiera, ya sé que eres un estúpido (todos lo son un poco)pero me estoy divirtiendo. Me muevo a un compás que invento. Juego a un juego en el que compito y quiero ganar. De tanto en tanto me rio, me río porque me gusta, porque ME gustas, me río porque es válido que me olvide de tanta cosa y sienta.

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